CIUDAD DE MEXICO (proceso).- Las recientes elecciones en varias entidades del país confirman otra vez lo que el 8 de mayo de 2011 el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD) dijo al llamar, en el Zócalo de la Ciudad de México, a un pacto de todas las representaciones de la nación para salvarla: “Si no lo hacen (…) no sólo las instituciones se convertirán en lo que ya comienzan a ser, instituciones vacías de sentido y de dignidad, sino que las elecciones de 2012 serán las de la ignominia, una ignominia que hará más profundas las fosas en donde, como en Tamaulipas, están enterrando la vida del país”.
La importancia de ese pacto nunca se entendió; nunca, por lo tanto, se realizó (véase mi novela El deshabitado) y aquellas palabras, para nuestra desgracia, resultaron proféticas: las elecciones, desde entonces, han sido las de la ignominia y desde entonces el país desaparece día con día tragado por las fosas clandestinas de las que está lleno.
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