CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Pese a que los movimientos feministas llevan décadas de lucha en América Latina y el Caribe, la brecha de las desigualdades sociales, económicas, laborales, culturales, entre otras, sigue ahondándose, el impacto de la pandemia no sólo las ha hecho más evidentes sino que plantea nuevas incertidumbres sobre todo para las mujeres jóvenes.
Es fundamental, por tanto, establecer políticas públicas para satisfacer la demanda de participación social, y que les permitan tener acceso o continuar con su educación, superar las crisis sanitarias o climáticas, e incorporarse al mercado de trabajo en mejores condiciones, entre otras de sus demandas.
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