CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Cuando tenía cuatro años de edad, Rafael (nombre ficticio) fue testigo del asesinato de su madre, a manos de su padre y un tío. Ahora, con 17 años, el muchacho quiere ser abogado para defender a las víctimas de feminicidio y no permitir la impunidad en otras familias, como ocurrió en la suya.
No hay año en que la familia de Rafael no recuerde el 12 de febrero, fecha del feminicidio de Nadia Alejandra Muciño Márquez, pero también el día en que inició la búsqueda de justicia por parte de María Antonia Márquez Hernández y Viridiana Muciño Márquez, madre y tía de Nadia.
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