CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Ante la ruptura de relaciones entre los gobiernos de Andrés Manuel López Obrador y del presidente ecuatoriano Daniel Noboa, las administraciones insistieron en que el diferendo estalló entre gobiernos, y que tanto la comunidad de mexicanos en Ecuador –alrededor de mil 600 personas, según la Cancillería– como los alrededor de 360 ciudadanos ecuatorianos residentes en México, seguirán sus vidas con normalidad.
A raíz del ataque de su embajada en Quito por parte de policías y militares –que capturaron a Jorge Glas, el ex vicepresidente de Ecuador al que México acababa de dar asilo político–, el gobierno mexicano rompió sus relaciones diplomáticos y consulares con el gobierno de Noboa, y repatrió a toda su misión diplomática.
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