CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La inopinada visita de Donald Trump a México ha tenido graves consecuencias porque cuando se juntan a maquinar varios políticos extraviados, el resultado no es una suma de errores, sino un error multiplicado.
El origen es la pretensión obsesiva de Peña Nieto de hacerse pasar por un estadista de nivel mundial. Pero el presidente de México no ha elaborado ninguna iniciativa de carácter internacional. Sus conversaciones con otros jefes de gobierno han sido anodinas. Su política internacional es principalmente defensiva frente a las acusaciones de que en México se violan los derechos humanos.
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