CIUDAD DE MÉXICO (apro).- “Pido que se haga justicia, porque aquí la mayoría de la población es inocente”. Esas fueron las primeras palabras de María Isabel San Agustín al salir de prisión este jueves, donde permaneció 11 años, con una sentencia de 65, acusada de secuestro con base en una declaración obtenida bajo tortura.
Minutos antes de las 18 horas, en la puerta del Centro Femenil de Reinserción Social Santa Martha Acatitla, la mujer originaria de Hidalgo no supo explicar cómo había obtenido su libertad. Entre llanto, apenas alcanzó a decir: “Sólo sé que pasé 10 años inocentemente en este lugar”.
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