Leticia Ramírez Amaya, profesora de educación básica, llega a la SEP al menos con cinco problemas como herencia: el rezago educativo, la deserción escolar, la aplicación total de los nuevos planes y programas de estudios y en materia laboral, las exigencias de la CNTE, que incluyen eliminar todo tipo de evaluaciones docentes y concluir los procesos de los presos políticos.
Su principal reto es tomar un proyecto en el que no participó, como la definición de los lineamientos para los planes y programas de estudio que se aplicarán para el resto del sexenio, porque –asegura la profesora a Proceso–nunca estuvo presente en una mesa en la que se congregaron expertos y autoridades de todos los niveles en materia educativa.
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