CIUDAD DE MÉXICO (apro).– En una conferencia de prensa que ofreció el pasado 11 de octubre, el canciller Marcelo Ebrard Casaubón resaltó que el Tratado de Libre Comercio (T-MEC) prevé un “camino legal” para las diferencias entre los gobiernos y empresas de la región, razón por la cual –sostuvo– “no se justifica” que la reforma energética impulsada por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador “se vuelva un tema de la relación bilateral”. Y recalcó: “Por esto no lo es”.
Contrario a esta opinión del canciller, Washington tiene los ojos puestos sobre esta reforma constitucional prioritaria en la segunda mitad del mandato de López Obrador: este miércoles, un grupo de 40 congresistas republicanos exigió al gobierno demócrata de Joe Biden que exprese una “respuesta clara” a su contraparte mexicana por las “medidas proteccionistas” implementadas en meses recientes en el sector energético, que representarían “acciones discriminatorias” hacia empresas estadunidenses.
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