CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Harta de que no me tomen en cuenta, me desprecien y hasta que me rechacen como posibilidad; de que tantos de ustedes, los humanos, tengan esa posición hacia servidora en estos días, en especial de los que trabajan en los medios de comunicación, estudiosos e incluso académicos, es el motivo de la presente.
El silencio, que contribuye al olvido del existir de servidora, y más la crítica que pretende expulsarme de sus vidas, sorprende e indigna a la autora de esta carta, ya que en sus ayeres… ¡Ah, tiempo dichoso!… no fue así… hija de sus pensares… ¿debidos al aburrimiento de la rutina de sus vidas… a su insatisfacción de la misma… a un sueño de cambio?
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