MÉXICO, D.F., 22 de septiembre (proceso).- Para Federico Samaniego y todos los caravaneros.
Algunos gringólogos “””unos de ellos, nos contaron, piden, cuando llegan a Estados Unidos, agua Evian para lavarse el cabello; tal vez por eso empiezan a entender poco””” vieron la Caravana por la Paz a territorio estadunidense con escepticismo. La verdad es que fue un éxito. Por vez primera, unos ciudadanos mexicanos, víctimas de la guerra contra las drogas, y otros ciudadanos que, a diferencia de esos gringólogos, la comprenden como un horror y un gran fracaso que necesita un camino de paz, decidieron, en condiciones límite, ejercer la diplomacia ciudadana.
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