CIUDAD DE MÉXICO (apro).- En la antónima dialéctica de principio y fin, el Réquiem de Tlatelolco, estreno mundial de Mario Lavista creado por encomienda de la UNAM, cerró el ciclo que nuestra máxima casa de estudios realizó para conmemorar los primeros cincuenta años del movimiento estudiantil de 1968, cuyas prolongaciones históricas empezamos a vivir en el México de hoy.
Varias y diferentes fueron las acciones conmemorativas de tan trascendental acontecimiento emprendidas por la UNAM, algunas de ellas específicamente encargadas a la Coordinación de Difusión Cultural y que ésta, a su vez, encomendó a la Dirección General de Música, misma que pidió al prestigiado compositor Mario Lavista una obra dedicada al movimiento y su trágico final.
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