CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El Paso Exprés de Cuernavaca puso en evidencia temprana la corrupción y negligencia en las obras públicas del sexenio. De por sí, cuando el presidente Enrique Peña Nieto dio a conocer su Plan Nacional de Infraestructura, por lo ambicioso, más que esperanza, era motivo de desconfianza.
Cuando un gobernante anuncia un plan tan grande, los cuestionamientos básicos son respecto a cómo lo ejecutará, por qué puede hacer algo que sus predecesores no hicieron y a quién beneficiará.
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