CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Las canciones -narcocorridos- que enaltecen la figura y las supuestas hazañas de los narcotraficantes, se escucharon aquella noche del 30 de octubre de 2014 en un cuartel del Ejército mexicano, la institución en primera línea de la guerra contra el narco que libra México. La música que emanaba de los muros de las instalaciones del Campo Militar 37-B provenía de una fiesta organizada por Alberto Reyes Vaca, entonces comandante del grupo de Fuerzas Especiales basado en Temamantla,
Así, inicia la narración de un texto publicado este día por El País, bajo la firma de Zorayda Gallegos. Es una parte de la negra y polémica historia que ha envuelto el paso de Reyes Vaca por la Sedena.
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