CIUDAD DE MEXICO (proceso).- Romayne Wheeler deshechó los privilegios de la fama artística y de una vida holgada en las principales urbes del mundo, para instalarse con su piano en las cumbres de la Sierra Tarahumara, donde los jerarcas políticos jamás se atreven.
Ahí comparte su piano y conocimientos médicos con las 480 familias de etnia rarámuri (“los de pies ligeros”) que viven en el ejido de Munérachi, municipio de Batopilas, Chihuahua.
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