CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El telón de la noche abrazó el escenario del estadio de Saint-Denis, en Francia. La fecha para la puesta en escena se cumplió, y el 12 de julio de 1998 presentó sobre el césped a la Selección Brasileña, quien encontró frente así al representativo francés. Pero de entre los 22 actores que protagonizaron tal proeza, hubo uno que pareció no saber siquiera dónde se encontraba, un jugador que corrió porque tuvo que hacerlo: Ronaldo.
Ronaldo Luís Nazário de Lima irrumpió en el universo del balón cual gambeta: estrepitoso, fuerte y con cadencia, inesperado, vehemente y con una genialidad equiparable solo con el ritmo del bossa nova.
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