MÉXICO, D.F., (apro).- La naturaleza siempre nos cobra de alguna manera las afrentas que le hemos hecho a lo largo de los años. Este es quizá el caso de los deslaves en los cerros de Santa Fe donde de manera insensata y desatinada se han construido edificios de oficinas, residencias, departamentos y centros comerciales lujosos sobre terrenos arenosos y porosos por cavernas rellenas de basura, vendidos en miles de dólares a gente que buscando un estatus no reparó en los riesgos de vivir en tierras inseguras.
En 1993 hice un reportaje para el diario La Jornada donde ya se registraba el boom inmobiliario de la Zona Especial de Desarrollo (ZEDEC) en Santa Fe en la delegación Cuajimalpa que entonces lucía grandes extensiones de bosques habitados por los lugareños acostumbrados al frío aire de las montañas.
Adquiere una fotografía para ilustrar esta nota aquí