CIUDAD DE MÉXICO (apro). – En septiembre del año pasado, el exministro de Comunicaciones afgano, Sayed Sadaat, de 49 años, renunció a su cargo, salió de su país y se convirtió en repartidor de pizzas en Leipzig, Alemania.
Aunque dijo que fue muy criticado por dejar su vida de funcionario público atrás después de servir al gobierno durante dos años, aseguró, de pie, con su uniforme naranja junto a su bicicleta: “No tengo nada de qué sentirme culpable”.
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