MÉXICO, DF, 2 de enero (apro).- El municipio michoacano de Marcos Castillejos, donde desde la semana pasada se aplica el toque de queda por el resurgimiento de la narcoviolencia, se quedó literalmente sin policías.
Los seis elementos que se mantenían firmes decidieron seguir el mismo camino que sus 12 compañeros y renunciaron a la corporación por temor a ser víctimas de la delincuencia organizada.
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