CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Este artículo trata del INE, Morena y sobrerrepresentación política, a la luz de un poco de historia, derecho y Teoría del Estado. Cuando las perfectibles instituciones autónomas de un país, como el INE, no se doblegan ante los intereses sectarios del poder, sino ante el derecho, tal poder las condena y envía al Averno. Y a la tal condena se suman, aduladoramente, multimillonarios indoctos y consentidos de ese poder, otrora democrático.
Una sociedad política de estructura pluralista no concentra el poder para evitar despotismos. Lo divide para asegurar equidad como lo recomendó Aristóteles, estabilidad como lo pensó Polibio, libertades como lo ideó Montesquieu. Lo divide para garantizar la existencia de pesos, contrapesos y colaboración de poderes especializados en sus funciones específicas, como lo vienen pensando, desde antaño hasta la fecha, los amigos del Bien Común, del equilibrio del poder al servicio del pueblo.
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