GUANAJUATO, Gto. (apro).- Si había alguna duda respecto al cierre del 47° Festival Internacional Cervantino, cuyo espectáculo final suele tener a agrupaciones o artistas de corte popular, la presencia de Javier Camarena y la Orquesta Filarmónica de Acapulco disipó la incertidumbre con un repertorio para todos los gustos, cautivando y conmoviendo a los más de ocho mil asistentes de la Explanada de la Alhóndiga de Granaditas.
El carisma del tenor se apoderó del público desde los primeros minutos del recital de este domingo 27, pues confesó que siempre había soñado con presentarse en el Cervantino, y la noche le correspondió pues la lluvia que cayó de manera intercalada a lo largo del encuentro artístico (que duró 19 días), y causante de la cancelación de varios espectáculos al aire libre, en realidad brindó una tertulia con un cielo limpio y despejado.
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