Surrealismo en tiempo de pandemia

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- André Breton dijo a finales de los años 30 del siglo pasado algo así: entender a México desde la razón no es posible, habrá más suerte si tratamos de entenderlo desde lo absurdo por su extremo surrealismo. La idea es clara como el agua de un manantial intocado, y no ha lugar a interpretaciones benignas de la misma.

Parecía que estábamos remontando lo absurdo como regla sobre todo en política e ideología. La sinrazón, lo disparatado, lo sin sentido, lo incongruente cabalgan de nuevo sin freno en muchos campos de la vida. Vuelven enfurecidos esos males siguiendo el eco del eterno retorno nietzscheano. Y conste que por ningún motivo estamos condenados al absurdo como alguien dijo. Sobreviene cuando languidecen libertad y razonabilidad, cuando la persona humana se degrada al extremo de sentirse inferior a canes, moscas o chimpancés, cuando lo natural del orden vital es suplantado por el deseo caprichoso de una ideología delirante que denigra biología, razón, humanismo elemental y sentido común.



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