CIUDAD DE MÉXICO (apro).-El presidente Andrés Manuel López Obrador negó que haya presiones de grupos del crimen a su gobierno, pero tiene la conciencia tranquila por dar la orden de liberar a Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín “El Chapo”, exlíder del Cártel de Sinaloa, porque no tuvo que ver con un contubernio sino con salvar la vida de la población de Culiacán.
También aceptó que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) intentó mejorar su imagen después de ese operativo fallido, hace tres años. “Pues sí, pero eso lo tiene que hacer cualquier institución, y más en un proceso de transformación”.
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