CULIACÁN, Sin. (apro).- – Las largas filas de simpatizantes y los eventos a reventar eran una constante. Desde el aeropuerto al hotel sede, en la capital de Sinaloa las filas de personas que buscaban hacerle llegar una petición al presidente Andrés Manuel López Obrador o las manifestaciones por alguna injusticia disminuyeron. Incluso, eventos con sillas vacías.
Desde su arribo durante la noche del lunes 13 de noviembre en el aeropuerto apenas un puñado de personas y en el hotel Lucerna, en la exclusiva zona del Tres Ríos de Culiacán, no más de un centenar de personas le hicieron valla para la selfie y el saludo, junto a la clásica porra “es un honor estar con Obrador”.
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