CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- Cuando la noche del viernes 4 se dieron a conocer las conversaciones del fiscal Alejandro Gertz Manero con su viejo colaborador y principal funcionario en la Fiscalía General de la República (FGR), Juan Ramos López, fiscal de Control Competencial, en el gobierno de la 4T la primera reacción fue buscar la salida del poderoso funcionario.
Pero tres días después, en su conferencia del lunes 7, el presidente Andrés Manuel López Obrador frenó los ánimos que había dentro de su gobierno contra el fiscal y lo defendió públicamente al poner el acento en su situación “personal, humana, moral” por tratarse del caso de su hermano Federico, el cual “presume que fue asesinado”.
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