Silvia Núñez Esquer
Hermosillo, Son., 8 de septiembre (apro-cimac).- El envenenamiento de los ríos Sonora y Bacanuchi por un derrame de ácido sulfúrico de la Mina Buenavista de Cananea a principios de agosto pasado, trastocó la vida de los habitantes del municipio de Ures, sobre todo de las mujeres que antes de la tragedia ambiental vivían tranquilas, algunas dedicadas a sus actividades domésticas y otras a la elaboración de productos típicos que ofrecían a visitantes y enviaban a la capital del estado, entre muchas otras ciudades.
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