CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Conforme se acerca la nueva crisis económica, el gobierno de Enrique Peña se hace más triunfalista. No cesa en repetir que todo va bien debido a la “fortaleza macroeconómica” del país. Sin embargo, es en ese terreno donde las cosas van peor.
La devaluación del peso mexicano en lo que va del sexenio se está empezando a reflejar en la inflación, y durante los próximos meses se hará más fuerte. Pero el problema no sólo consiste en el rimo de crecimiento de los precios, sino en una bajada de la producción industrial que ya se observa.
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