Olga Pellicer
MEXICO, DF, 24 de marzo (proceso).- Al acercarse la fecha para las elecciones, los acontecimientos nacionales transcurren en un circo de tres pistas. La de mayor intensidad es aquella donde tienen lugar los hechos de violencia. A pesar de cifras esperanzadoras sobre disminución del número de muertos a finales del 2011, éstas siguen siendo aterradoras. En Tamaulipas, Chihuahua, Michoacán, Estado de México, las ejecuciones, los asaltos a fuerzas policiacas o del Ejército, las balaceras, los secuestros, la crueldad de los sicarios, siguen siendo noticia cotidiana. Las dudas sobre la posibilidad de que la vida política siga su curso y las elecciones tengan lugar son cada vez mayores. El riesgo de que la falta de gobernabilidad en los estados más afectados justifique la postergación o suspensión de las mismas está presente en las conversaciones y emerge como un riesgo que afectaría gravemente la vida democrática del país.
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