ZAACHILA, Oax. (apro).- Las historias descarnadas en el pestilente tiradero municipal fueron relegadas a segundo plano por los infantes de la basura, que por unas horas cambiaron la inmundicia por el arte y soñaron un mundo diferente.
Las siempre mágicas partituras de Gioachino Rossini, Antonio Vivaldi, Franz Joseph Haydn, Johann Strauss y Ludwig Van Beethoven transformaron “el infierno” en un ritual por la paz, acompañado de una danza de zopilotes, buitres y aves de rapiña que sobrevolaban el basurero.
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