“Un final feliz”: secretos de familia

MONTERREY, NL (apro).- Michael Haneke presenta el retrato de una familia tóxica en Un final feliz (Happy End, 2017), filme que muestra un depresivo aspecto de la desolación dentro de una casa llena de personas, separadas entre sí por la indiferencia.

El árbol genealógico que se forma en la residencia de la adinerada familia Laurent, asentada en la costa de Calais, Francia, está hecho de individuos que viven emocionalmente aislados, pese a la permanente presión de todos sus miembros, hacia arriba, hacia abajo y hacia los lados. Las tres generaciones que conviven bajo el mismo techo evidencian una formación moral tan deteriorada entre los individuos que la integran que no pueden soportarse ni solos.



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