Un largo adiós

CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- Rogelio Naranjo nació el 3 de diciembre de 1937 en Peribán, un pueblo michoacano cercano al volcán Paricutín. Fue hijo de una mujer muy religiosa que lo educó en el catolicismo, religión que luego él abandonaría. Su padre fue un hombre que ejercía múltiples oficios y al que el mismo Naranjo recordaba de la siguiente manera: “Lo mismo era tendero que panadero, y cuando se necesitaba decorar la iglesia él se encargaba desde la pintura hasta los modelados en yeso dorados con hoja de oro”.

Y heredó precisamente este talento de su padre para el dibujo, pues desde chico, ya viviendo en Morelia, lo único que le interesaba era dibujar. Naranjo relató a Proceso esta etapa de su vida:



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