Un manotazo en el tablero sirio

CIUDAD DE MEXICO (proceso).- Pese a la destrucción de la base militar siria de Shayrat, con el lanzamiento por parte de Estados Unidos de 59 misiles Tomahawk el jueves 6, la reacción de Rusia se limitó a desconocer un memorando signado en 2015 para evitar choques entre los aviones de las dos potencias en Siria. No anunció ni realizó acciones que pudieran poner en peligro a los 900 militares estadunidenses desplegados dentro de ese país.

De hecho, Washington le avisó a Moscú que realizaría esta acometida, con la antelación suficiente para que las tropas rusas presentes en la base pudieran retirarse. El bajo número de víctimas (seis soldados sirios, aunque otro funcionario dio la cifra de 16, incluidos nueve civiles) sugiere que no sólo los rusos salieron de ahí.



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