CIUDAD DE MEXICO (proceso).- Como en 2012, el fantasma del lavado de dinero ronda el proceso electoral. Esta vez los protagonistas son tres bancos mexicanos, dos extranjeros y por lo menos ocho empresas del país con los mismos accionistas, incluyendo a Manuel Barreiro Castañeda, amigo y operador de la venta de la nave industrial del candidato de la coalición Por México al Frente, Ricardo Anaya.
De acuerdo con un informe del área financiera del gobierno federal que consta de 16 cuartillas, las triangulaciones para la compraventa de esa nave industrial ubicada en Querétaro y que fuera propiedad del candidato presidencial “generan sospecha de un posible lavado de dinero”.
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