RÍO DE JANEIRO, 23 de julio (apro).- La llegada del Papa quedará en la memoria de la ciudad de Río de Janeiro como una de las visitas más caóticas. Por un error de cálculo en la ruta, justo después de salir de la base militar, el pontífice quedó atrapado en el tráfico durante al menos doce minutos, lo que permitió que mucha gente se acercara y lo tocara ante la falta de agentes de seguridad que impidieran el hecho.
“El Papa ahora es carioca porque ya conoció el tráfico que vivimos todos los días”, fue la broma del martes que circuló en toda la ciudad.
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