Un Poder Judicial más cauto

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Tengo la impresión de ser de las pocas personas en mis círculos sociales que no está tan defraudada con el nuevo gobierno. Obviamente, los pequeños espacios de convivencia en los que participo no son representativos, ni a partir de ellos me explico toda la realidad social. En paralelo, un sector mucho mayor de la población puede estar encantada con las consecuencias de sus elecciones. En todo caso, lo único que busco decir es que entre la gente con la que me relaciono, soy minoría.

Mi posición minoritaria –consistente en no estar tan defraudado con la orientación de la presente administración–, obedece a que razoné mi voto anticipando que el cambio de gobierno no traería por mágica consecuencia una gran transformación, no se terminarían de la noche a la mañana las arbitrariedades, las injusticias, las violaciones a nuestros derechos humanos. Simplemente pensé que ese cambio serviría para demostrarnos que es mejor asumir las responsabilidades de conducir nuestra vida en sociedad de forma directa, sin esperar nada del gobierno en turno.



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