CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Me parece que una buena forma de reflexionar sobre los detalles de la iniciativa de reforma judicial presentada hace un mes es a través de historias reales que permitan ilustrar, en la práctica, los impactos que podrían darse si la misma es aprobada en sus términos y se convierte en ley. Por supuesto, estos relatos los puedo compartir por participar directamente en ellos o porque los conocí por fuera.
Eso sí, cualquiera puede sostener que si difundo algo en lo que estoy involucrado, corro el riesgo de perder objetividad. Frente a ello no me queda más que anticipar mi implicación y dejar a decisión de quienes me lean si he logrado transmitir un asunto de interés público o no. Aclaro también que siempre suelo pensar que si defiendo un caso, lo que realmente intento es tratar de contribuir a una causa justa.
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