MÉXICO, D.F., 11 de mayo (apro).- En el torneo de Bled 1961, Bobby Fischer estaba jugando un ajedrez notable. Parecía verlo todo y era un rival muy difícil de enfrentar porque no daba concesiones. Jugador que no tenía compromisos con nadie luchaba prácticamente hasta que la posición no dejaba ya nada por jugar.
Exprimía todas las posibilidades.
Adquiere una fotografía para ilustrar esta nota aquí