MÉXICO, D.F., 2 de marzo (proceso).- Elba Esther Gordillo Morales lucía un vestido Prada, zapatos Gucci y una bolsa Louis Vuitton original. Era el 13 de febrero de 2002 y la maestra buscaba la presidencia nacional del PRI, partido en el que militaba; orgullosa, estaba en plena campaña. El dinero fluía en su oficina y ello se reflejaba en su indumentaria: manos enjoyadas, cuello enjoyado, orejas enjoyadas”
Oriunda de Chiapas, donde inició su carrera, no ocultaba su riqueza, que incluía, entre otros inmuebles, una residencia en San Diego, California, un departamento en París y el penthouse de Polanco, en la Ciudad de México, donde vivía.
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