CIUDAD DE MÉXICO (Apro).- Gracias le doy a Diosito lindo por el favor de haberme hecho nacer en un país que no tiene ninguna posición geoestratégica, no posee ningún mineral no renovable, ni ninguna influencia en el ideario político, sea el mismo de izquierdas o de derechas; gracias te doy, Diosito lindo, por haberme hecho nacer en un pueblo que depende principalmente de una agricultura para el autoconsumo, por lo cual no es objeto… hasta la fecha… del generoso deseo de ninguna superpotencia de sacarnos de nuestro primitivismo y ponernos en la vía del desarrollo, del progreso cultural imperante en estos días.

Gracias doy, estimado lector de la presente, a Dios por no haberme hecho ciudadano de ninguna de las grandes potencias, como Rusia o China, y la más grande de todas: los Estados Unidos de Norteamérica, la tierra de los valientes y los libres, con lo que ha librado a mi patria de la pesada carga de ser un generoso campeón de la democracia, así como uno de los peones encargados de defender y extender, por todos los rincones del mundo, los santos y sagrados derechos democráticos y la libertad, sea porque no lo respeten, los combatan o no formen parte de la vida, aunque sea por ignorancia.