“Vine a Rusia porque me dijeron que acá vivía un tal Antón Chéjov”

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Más vale malo por conocido que bueno por conocer. Quedarse en casa es siempre lo más cómodo… Hasta que se te acaban los libros.

Vine a Rusia porque me dijeron que acá vivía un tal Antón Chéjov cuenta la historia de cinco amigos (Jo, Hache, Alita, Lina y Nosi) que pasan un invierno interminable juntos, tomando té y calentándose con un pequeño fogón que encienden, quemando su más preciado tesoro: sus libros. El tiempo no mejora y los libros se agotan, hasta que sólo quedan los de teatro. El dolor en su alma al deshacerse de esos últimos ejemplares –en especial los de Chéjov– incitan a Jo a tomar una determinación: salir de la casa y emprender un viaje a la lejana Rusia.



Adquiere una fotografía para ilustrar esta nota aquí