Elena Poniatowska
MÉXICO, D.F., 10 de enero (porceso).- Ser escritor de ficción es sentarse en casa frente a la hoja en blanco, a ver qué sale. Ser periodista es escribir “a huevo”, mirar el reloj, narrar la historia, sintetizar, nada de dejarse llevar por la lírica, mirar el reloj de nuevo, angustiarse, jalarse los cabellos hasta la calvicie, tomarse un café, escuchar el tecleo de la máquina como una pequeña ametralladora, el silencio, ¿ahora qué”, se me secó el seso pero ni modo, tengo que jugármela, llorar, ¿dónde lo publicarán, en qué página”, seguro me mandan a la 81, chin, ya me alargué, chin, lo van a cortar, chin, qué misterio insondable es éste que estoy viviendo.
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