Rafael Croda
Bogotá, 11 de abril (proceso).- El esperado apretón de manos entre los presidentes de Cuba, Raúl Castro, y de Estados Unidos, Barack Obama, en la VII Cumbre de las Américas este fin de semana en Panamá, no sólo sería el símbolo más contundente del fin de una ruptura diplomática de 54 años entre sus países, sino que marcaría un “cambio de época” en las relaciones de Washington con América Latina.
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