MÉXICO, D.F., 11 de febrero (proceso).- En la batalla electoral de 2006, los negocios al amparo del poder, los pactos ominosos, la alteración y la falsificación de documentos, las intercepciones telefónicas, las calumnias, la difamación, las reuniones semisecretas, las secretas, y los golpes bajos de la grilla, fueron temas que ocuparon hasta los segundos de los medios electrónicos y los espacios arrinconados de las publicaciones impresas.
En los tiempos que corren se ha vuelto aún más apremiante ir al fondo de la personalidad de los hombres y las mujeres del poder. Vicente Fox fue desquiciante por su ignorancia y su afán aberrante por adornar a su esposa con los atributos que podrían llevarla a la Presidencia de la República. El país está hoy en juego y los imperativos por la verdad cobran el dramático acento de un desolador clamor.
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