“Opiniones… ¿o confusiones?”

CIUDAD DE MEXICO (apro).- En días pasados, sin acuerdo previo, coincidimos, el grupo de amigos conocido como el de los “juanes”, en el piano-bar “El túnel del tiempo”. Nuestra charla inicial, cosa natural, se convirtió en crítica de la situación social en la que respiramos y en cuestionamiento de los individuos o grupos que integran los poderes de hecho –políticos, financieros, industriales, del mercado o de servicios–, cuyas decisiones afectan a la mayoría de los ciudadanos, hecho que ocurre en el país cualquiera que piense, estimado lector de la prensa.

Cuando la conversación se perfilaba en hacer de los mentados los responsables del lamentable estado de corrupción e impunidad en que vivimos, Juan Contreras salió con la propuesta de que, por principio, deberíamos concederles los beneficios de la duda, suponerlos cargados de las más buenas intenciones. Ante esta salida del amigo Contreras, unos, la mayoría, expresó su sorpresa e inconformidad, a otros más les pareció un disparate y no faltaron los que le pidieron que se explicara. Ante esta situación, Contreras, imperturbable, nos dijo que su propuesta permite juzgarlos con más justicia, pues si sus decisiones perjudicaban a los más a pesar de sus buenas intenciones, eso demostraría que no eran más que unos pobres diablos metidos a redentores, unos ineptos presuntuosos que confiaban estúpidamente en sus poderes, o bien unos manipuladores de las necesidades y deseos de los humanos masa. Ese último parecer unificó la opinión de los presentes, la cual llegó a la conclusión de que siempre había sido así, que la historia enseñaba que los hombres o los grupos de poder eran inclinados a la práctica de las decisiones que protegían sus intereses y privilegios… y únicamente tomaban decisiones que favorecían a los más… cuando las mismas no amenazan… o no son un peligro para sus bienes o conveniencias individuales o de grupo. Igualmente estuvimos de acuerdo en que esos individuos o grupos de los mismos, repito, cuyas decisiones a todos afectan, no pocas veces compiten entre ellos… y en ocasiones… en esas pulsadas… para ver quién es más fuerte… para conseguir mayor rebanada del pastel de la vida… a veces, digo, halagan… es decir, … manipulan… las necesidades y anhelos de los más… pero para conseguir… para beneficiar sus fines personales o de grupo… pero a todos ellos… a los de las decisiones…. les une el temor a la fuerza del número cuando ésta puede convertirse en un peligro para las minorías organizadas con poder de decisión… los políticos y sus partidos, los hombres de las finanzas, empresarios industriales, del mercado y de los servicios.



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