CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Presentada con gran bombo el 10 de diciembre de 1910, La fanciulla del West (La chica del Oeste) constituyó el primer estreno mundial del ahora mítico Metropolitan Opera House (MET). Ya sólo por ese hecho se entenderá que no estamos hablando de una muchacha cualquiera. Tan especial que en el catálogo del gran pilar de la ópera universal que es don Giacomo Puccini, sucede nada menos que a una de las óperas más conocidas y gustadas de todos los tiempos, Madama Butterfly.

Por si lo anterior no fuera suficiente para hacerla realmente singular, déjeme contarle otros cuantos detalles de esta muchacha del bravo oeste que tenía que ser igualmente brava porque su historia se desenvuelve, imagínese usted, durante la “fiebre del oro”, cuando los gambusinos, bandidos y sheriffes –pistola en mano– campeaban por sus fueros. Para acabarla de ajustar, Minnie, que así se llama la muchacha de marras, es dueña de la única cantina del pueblo, o sea, punto de encuentro obligado de cuanto sujeto viviera o llegara al lugar.