OAXACA, Oax. (apro).- Erika Alexandra ya no conoció a su hijo porque una negligencia médica le provocó muerte cerebral. Sus familiares esperan el fatal desenlace en una cama del Hospital Civil, o un milagro dentro de la más amarga incertidumbre.
En el rostro de Erika, de apenas 16 años de edad, se ven correr lágrimas, pero a los médicos del Hospital Civil “Aurelio Valdivieso” les urge desconectarla porque, aseguran, “ya no hay nada que hacer” y necesitan la cama para algún otro paciente.
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