ROMA (proceso).- En agosto de 2004, en un rancho llamado El Tinieblo, propiedad de Tomás Yarrington, se reunieron el entonces gobernador de Tamaulipas y quien sería su sucesor, Eugenio Hernández Flores, con los narcotraficantes Heriberto Lazcano Lazcano, jefe de Los Zetas, y Eduardo Costilla Sánchez, líder del Cártel de Golfo.
Eran las postrimerías del periodo gubernamental de Yarrington y en esa ¬reunión se decidió que el Cártel de Golfo designaría a los jefes de policía y otros funcionarios encargados de la seguridad del estado en el nuevo gobierno de Hernández, mientras que Los Zetas nombrarían al director de las cárceles de Tamaulipas.
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