Raúl Olmos
CIUDAD DE MÉXICO (proceso).- Antes de ser denostado y obligado a retirarse del sacerdocio acusado de pederastia, Marcial Maciel, favorito preclaro del Papa Juan Pablo II, creó en sus tiempos de gloria –de la mano del despacho especializado Appleby– empresas fantasma en paraísos fiscales del Caribe, para depositar los millonarios ingresos de los Legionarios de Cristo y tenerlos bajo estricto control personal. Así, la congregación religiosa fundada por él, tan acaudalada como el propio Vaticano, gozaba de tasas cero de impuestos. Sus oscuras operaciones salen a la luz como parte de Paradise Papers, la amplia indagatoria realizada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, de la cual Proceso formó parte.
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