#MemoriaPública
CIUDAD DE MEXICO (apro).- En una especie de dislexia o quizá de esquizofrenia, Enrique Peña Nieto y el PRI miran todo al revés. Como presidente, Peña acusa a la sociedad de bullying por las críticas al fracaso en su política de seguridad, mientras que el PRI sigue pensando en el “tapado” con la creencia de que la sola designación de su candidato es un “pase automático” para ocupar de nuevo la silla presidencial a partir del 2018.
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