2018: promiscuidad y continuismo

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- En los años ochenta y noventa, cuando el viejo sistema se abrió, un proceso natural de realineación política permitió que antiguos priistas se enrolaran en el PRD. Distinto fue a partir del 2000, cuando por pragmatismo hubo exportación priista al PAN y PRD. De las tres formaciones terminaría abrevando, desde su fundación en 2014, Morena.

Del perfil de los empoderados, a través de cualquiera de esos partidos, es destacable dicho pragmatismo, destacadamente en su dimensión electoral, porque en eso se basará en buena medida el resultado del 1 de julio, dado que las elecciones en México se fundan en la operación clientelar de cacicazgos regionales.



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