CIUDAD DE MÉXICO (apro).- En Tizapán, en un callejón que hace esquina con el Eje Central, en el centro de la Ciudad de México, una barda luce grafiteada. Son trazos infantiles, de una mole enorme, sobre la que escriben: tenemos miedo. En ese enclave de barrio que aun no sucumbe a la gentrificación, hay temor porque el edificio que albergó al Tribunal Superior de Justicia de la ciudad, ubicado en la avenida Fray Servando Teresa de Mier, caiga.
El inmueble está clausurado desde hace seis meses, por los daños del sismo del 19 de septiembre, y nadie le ha explicado a los vecinos la magnitud. No entienden por qué no fue demolido como la mayoría de las construcciones afectadas, cuando además, estaba afectado desde 1985.
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